Revista 'La Ciudad Analítica' Nº 2 Alta Suciedad - Jacques-Alain Miller y otros

Revista 'La Ciudad Analítica' Nº 2 Alta Suciedad - Jacques-Alain Miller y otros

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24 cuotas de $1.118,44

Formato Libro físico
Autor Jacques-Alain Miller y otros
Colección Revista 'La Ciudad Analítica'

Títulos

  • Jacques- Alain Miller
  • Los conceptos
  • La clínica
  • El hospital
  • La práctica
  • Miniaturas
  • Las cartas
  • Misceláneas: Foucault, Marx, Huxley
  • Las letras: Beckett, Swift
  • City-tour: Quinquela, McQueen, Beckett, Kuczynski
  • La entrevista
  • Dossier: Mundo Inmudo
  • Bonus track: Comprometerse | Gérard Wajcman
  • Epílogo

Reseña por Mariana Schwartzman 

El segundo número de la Revista del ICdeBA, publicada en mayo de 2019 y titulada con la famosa canción de rock nacional, comienza con la sección de Jacques-Alain Miller. En “Las ruinas del objeto”clase inédita del curso “Iluminaciones profanas” de 2006, Miller nos dice acerca del objeto anal -tema de este nuevo número de LCA-, que es “… lo que se engendra por el juego de los significantes, es decir el significado, … el desecho, el excremento del juego de los significantes… Todo lo que constituye la cultura, de la cual la humanidad está tan orgullosa, pertenece a ese registro … que se acumula … lo excrementicio de la cultura …” Primera tesis sobre el objeto anal lacaniano que resonará a lo largo de distintos artículos de la Revista -son más de treinta-. Otra vuelta más sobre este objeto la da Miller cuando dice: “… el objeto anal es aquel del que tenemos que deshacernos y que se acumula a pesar de haberlo abandonado … das Ding …, el objeto del cual jamás podremos deshacernos.”
Si se toman estas dos frases como dos líneas de lectura por separado, aunque estén más bien alineadas, se podrían inscribir en ellas dos tipos de artículos distintos.
Una primera línea de lectura es en el sentido desecho, lo que cae como excremento del juego de los significantes… Pablo Vilariño[1] escribe en el artículo “De la letra a la letrina”, acerca del poema de Samuel Beckett “Cómo decir”. Nos dice que se trata de “… restos que insinúan esbozos de sentido: locura de creer entrever qué – ¿un sentido?”. Se trata de un poema de la época afásica de Beckett y de la imposibilidad de decir, donde emerge una palabra “cada vez más despojada de su carne”. Ya sabemos a qué resuena todo esto, es atinadamente tomado por el autor, a la tachaduratierra de Lacan: la letra que cae y agujerea el saber, la litter, basura, inmundicia, destino de desecho. El autor nos recuerda la frase lacaniana “la civilización es la cloaca” y el hecho de que haya nombrado él mismo a sus Escritos como “poubellication”; “… literatura analítica como ´montoncito de mierda´ que se acumula”.
La civilización es la cloaca. Cloaca en la que estuvo enterrada Rita Terranova -cintura para abajo- al interpretar a Winnie en la obra beckettiana “Los días felices”, en el teatro El Tinglado. L.C.A. y su staff fueron a ver esta puesta de Rubén Pires. Ludmila Malischevski fue la encargada de articular la obra con el objeto anal, en su artículo “Beckett, la pluma dinamita”. Leemos allí acerca del interesante uso que hace Winnie de los restos que le quedan en medio de un desierto -y con su marido leyendo un diario, inmóvil, en una piedra que más bien parece un inodoro-. Restos que le quedan, dentro de un gran bolso que se encuentra al lado de su montículo de “arena”. Restos leídos, día tras día… que saca y vuelve a guardar. A lo largo de la obra, nos cuenta la autora, las metáforas se desgastan, “erosión … bajo el impacto de los significantes corrosivos que trituran la metáfora y persisten en lo real”.
Aldous Huxley camina junto a Thomas Mann a lo largo de una playa de Los Ángeles, conversando sobre Shakespeare. De pronto se encuentran con millones de objetos de goma blanquecinos y arrugados. Sohar Ruíz recorre este relato de Huxley, “Hiperión a un Sátiro”, citado por Lacan en su Seminario 10, en el que los caminantes se encuentran ante la descarga de la cloaca de la ciudad mencionada. En esta misma línea Derezensky, en su texto “Escoria”, toma una impactante frase del mismo Seminario: “La transformación de numerosos individuos de un pueblo… por medio del horno crematorio … se acaba repartiendo por la Mitteleuropa en forma de jaboncitos …”, dimensión del objeto escoria, puro desecho, nos dice el autor… el objeto anal en lo social.
Guy Briole -entrevistado por parte del staff de L.C.A.- también toca esta sensible dimensión, y no deja de sorprendernos con frases como:
“… la guerra ensucia todo … deshace todo, todos los anudamientos de lo que está organizado: de un pueblo, de una familia … en dicha guerra de las pulsiones hay que poder civilizar el objeto anal, porque si nos dejamos atrapar por ese objeto hay algo que irá hacia lo peor. Hay siempre algo por destruir: ¡el desecho del desecho! El proyecto de la Solución final consistió en hacer desaparecer los cuerpos muertos, aniquilar el desecho…”
El entrevistado no solamente habla de estos desechos que se intentan, infructuosamente, hacer desaparecer y de la dimensión pulsional-anal en juego en esa misma operación. También trata temas como la dimensión melancólica del mundo -la melancolía y lo anal, muy interesante para continuar investigando-, la alteridad y el racismo -el odio al cuerpo del otro-, su experiencia en el hospital militar de Val-de-Grâce y en las presentaciones de enfermos, también como analizante de Lacan. Simplemente, un artículo imperdible sobre la ética del desecho.
La segunda línea de lectura para abordar la revista, siguiendo la brújula de Miller, es la de lo acumulado referido al objeto anal... pesar de ser un objeto del que tuvimos que desprendernos. Dificultad para el desprendimiento en la clínica: el caso “Diaper Lover” de Paula Pisani -el de un hombre que usa pañales para “no tener que ir al baño”-, el Hombre de los Lobos y su singular extracción anal para romper el velo que lo separa del mundo, para sanar -dirigirse al artículo “Extracción-Lobo” de Mariana Gómez-. En otro orden de registro, la Miniatura de Gabriel Racki, que narra un microrrelato sobre un obsesivo que no quiere perder nada y una operación analítica sobre el goce anal; también la carta de Freud en la que da cuenta de la dificultad para hacerle un regalo a su amiga Doroty Burlingham -explorada por la hermosa pluma de Marina Recalde-. A esta revista sin dudas hay que leerla.
También puedo afirmar “hay que leerla” porque encontramos en ella dos brillantes textos, fundamentales para un psicoanalista. Dos artículos sobre la posición del analista y el desecho. Son “El entusiasmo de la impureza” y “Un Dios dentro de uno mismo”, de Juan Sist y Juan Carlos Indart, respectivamente. ¿Qué obtenemos de la pluma de ellos? Sist toma al Seminario 8 y la indicación lacaniana de trabajar a fondo la relación con “el objeto más desagradable”. Localizarlo, señala, determina la pertinencia de un análisis y, al mismo tiempo, es lo que la psicoterapia intenta domesticar. Localizarlo y asumir su singularidad radical en su relación fundamental con el deseo -por fuera de la disciplina del Otro educador-. Esta relación, señala el autor, dará cuenta de lo que hace al estilo de cada analista.
Hay que leerla, porque dan ganas de leerla…
Indart comenta casi al pie de la letra la Nota italiana de Lacan, donde nos explica por qué el analista surge del no-todo, “… único lugar donde lo real de un goce fuera de lo simbólico da certeza de que no hay Otro del Otro”. Audaz tarea que se propone y que logra, dándonos a leer que “… si la posición del analista ha surgido del no-todo, está fuera de discurso. Para entrar en discurso lo hace prestándose a ser semblante de objeto a con un destino logrado en la disolución de ese discurso en el final del análisis, lo que saca a la luz su des-ser, su caída, su lugar residual, su posición de desecho”. Sí, pero, nos aclara, no se trata de un desecho cualquiera, “… se puede saber hacer con lo que se es como desecho. Pero que eso lleve al entusiasmo…”.
Vale la pena leer el artículo. Y muchos más, sobre: Quinquela, Foucault, Steve McQueen, Marx, Jonathan Swift, Kuczynski, Moliere, Reciclaje, la figura del coleccionista, en una preciosa entrevista a Aníbal Jozami, la neurosis obsesiva, etc., etc., etc….
Espero haberlos entusiasmado. Si fue así, de tantas vueltas dadas por el tema del desecho… ha resultado algo fecundo.

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